Cuando termina una relación de trabajo en México, surgen dudas sobre la diferencia entre finiquito y liquidación. Ambos conceptos se refieren a pagos al finalizar el contrato, pero no son lo mismo. En este artículo explicaremos de forma clara qué es el finiquito y qué es la liquidación laboral, en qué casos corresponde cada uno, sus diferencias clave con ejemplos prácticos, y qué hacer si tu empleador no quiere pagarte lo que corresponde. El objetivo es que, como persona trabajadora (no abogada), conozcas tus derechos al terminar un contrato de forma 100% legal y actualizada al sistema laboral mexicano.
¿Qué es el finiquito y cuándo se otorga?
El finiquito laboral en México es la compensación económica que debe pagarse a todo trabajador cuando concluye su relación laboral, sin importar el motivo de la separación. Esto significa que siempre tienes derecho a un finiquito ya sea que renuncies voluntariamente, que tu contrato termine, o que seas despedido (por causa justificada o no). El finiquito es básicamente tu liquidación de obligaciones pendientes por parte del empleador hacia ti al finalizar el trabajo.
¿Qué incluye el finiquito? Por lo general, el finiquito incluye todos los conceptos salariales y prestaciones proporcionales generadas hasta la fecha de término. Los elementos típicos de un finiquito son:
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Días trabajados no pagados: el salario correspondiente a los días laborados desde el último pago hasta la fecha de terminación.
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Parte proporcional de aguinaldo: el aguinaldo (bono anual) acumulado en el año en curso, calculado proporcionalmente al tiempo trabajado.
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Vacaciones no usadas y prima vacacional: el pago por los días de vacaciones no disfrutados que te correspondían, más la prima vacacional (al menos el 25% sobre esos días).
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Otras prestaciones pendientes: por ejemplo, bonos, comisiones, vales de despensa, fondo de ahorro u otras prestaciones acordadas en tu contrato que estén pendientes de pago.
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Prima de antigüedad (si aplica): una cantidad equivalente a 12 días de salario por cada año trabajado. Esta solo se paga en ciertos casos: normalmente cuando la separación es por despido (cualquier tipo de despido, con o sin justificación) o cuando renuncias voluntariamente después de 15 años o más de servicio en la empresa. Si renuncias con menos de 15 años, no te corresponde prima de antigüedad; pero si la empresa te despide, sí te corresponde este concepto sin importar tu antigüedad (la ley lo contempla para cualquier despido).
En resumen, el finiquito abarca todo pago legal pendiente al empleado al terminar la relación laboral. Siempre es obligatorio pagarlo, incluso si te despiden por una causa justificada (por ejemplo, faltas graves). Aunque en ese caso no haya indemnización extra, el patrón debe pagarte tu finiquito con las prestaciones que te adeuda.
¿Qué es la liquidación (indemnización laboral) y cuándo corresponde?
La liquidación laboral – también llamada indemnización por despido – es una compensación adicional que solo corresponde en situaciones específicas, principalmente cuando la terminación de la relación de trabajo es responsabilidad del empleador y no del trabajador. En otras palabras, la liquidación aplica cuando el trabajador es separado de su empleo sin una causa justificada atribuible a él/ella.
Casos típicos en los que corresponde liquidación:
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Despido injustificado: Si el patrón te despide de forma unilateral sin una causa válida conforme a la Ley Federal del Trabajo (LFT) o no te da una razón por escrito, se considera despido injustificado. Ejemplo: despidos por recorte de personal, por decisión arbitraria, o simplemente “porque sí” sin que hayas incurrido en falta grave.
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Terminación por causas de la empresa: Si tu empleo termina porque la empresa cierra, hay una reestructura y eliminan tu puesto, o cualquier motivo donde tú no hiciste nada incorrecto pero el patrón decide prescindir de ti, deben pagarte liquidación.
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Renuncia por causa del patrón (rescisión justificada por el trabajador): Si como trabajador decides separarte de la empresa por una falta grave del patrón, esto te da derecho a liquidación. La LFT (artículo 51) lista causas por las cuales puedes renunciar con justificación, por ejemplo: falta de pago de salarios, reducción injusta de sueldo, hostigamiento o acoso sexual, malos tratos graves, riesgos a tu seguridad, etc. En esos casos la ley considera que la responsabilidad es del empleador, por lo que debes recibir una liquidación como si hubieras sido despedido injustificadamente.
Situaciones en las que no hay liquidación: Si renuncias voluntariamente sin culpa del patrón, o si te despiden por una causa justificada prevista en la ley (por ejemplo, cometes una falta grave comprobada), no tienes derecho a liquidación. En esas situaciones solo recibirías tu finiquito normal.
¿Qué incluye la liquidación? Cuando tienes derecho a liquidación, esta incluye todos los conceptos del finiquito (listados antes) más indemnizaciones adicionales estipuladas por la ley. En términos generales, una liquidación laboral en México suele incluir:
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Tres meses de salario: indemnización constitucional por despido injustificado, equivalente a 3 meses de tu sueldo integrado.
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20 días de sueldo por cada año trabajado: indemnización adicional por año de servicio (aplica en la mayoría de los casos de despido injustificado, especialmente si demandas la terminación; este monto se calcula multiplicando 20 días de tu salario por cada año de antigüedad en la empresa).
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Prima de antigüedad: 12 días de salario por año trabajado, siempre incluida en la liquidación (con el tope legal de hasta 2 veces el salario mínimo por día, si tu salario es muy alto). Nota: Si ya se pagó por finiquito, no se duplica; simplemente se asegura que recibas este concepto.
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Prestaciones proporcionales pendientes: todos los pagos de ley que vienen en el finiquito (aguinaldo, vacaciones no tomadas y su prima, parte proporcional de otras prestaciones) que no se te hayan cubierto. En esencia, el finiquito forma parte de la liquidación final.
En resumen, la liquidación es un pago mucho mayor que el finiquito porque integra una indemnización por la pérdida del empleo cuando la causa es ajena al trabajador. Siempre que haya liquidación, habrá también finiquito; es decir, primero se calculan tus partes proporcionales (finiquito) y luego se suman las indemnizaciones adicionales. Si no corresponde liquidación (porque la separación fue por tu decisión o por tu falta), recibirás solo finiquito.
Diferencias clave entre finiquito y liquidación
Ya definida cada figura, resumamos las diferencias clave entre finiquito y liquidación laboral:
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Motivo de la terminación: Este es el punto central. El finiquito se paga en todas las terminaciones de contrato, sin importar la causa (renuncia, despido con causa, despido sin causa, fin de contrato temporal, etc.). En cambio, la liquidación solo aplica si la terminación es por causa imputable al patrón: despido injustificado o circunstancias donde el trabajador no es responsable. Si la terminación fue por decisión del trabajador (renuncia voluntaria) o por una falta grave del trabajador (despido justificado), no hay liquidación.
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Contenido del pago: El finiquito incluye pagos pendientes y prestaciones proporcionales (salario, aguinaldo, vacaciones, etc.), que suelen representar una cantidad relativamente menor, básicamente lo devengado por el trabajador. La liquidación, por su parte, incluye esas mismas prestaciones más montos indemnizatorios adicionales (3 meses de sueldo, 20 días por año, prima de antigüedad). Por eso, cuando corresponde, la liquidación representa un monto mucho más grande que el simple finiquito.
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Derecho universal vs. condicionado: El finiquito es un derecho universal del trabajador al terminar su contrato, siempre obligatorio por ley. La liquidación es un derecho condicionado a ciertas circunstancias: la ley obliga al patrón a pagarla solamente en caso de despido injustificado o causas similares en las que el trabajador resulta afectado sin ser culpable.
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Ejecutabilidad legal: Si la empresa te despide con causa justificada comprobable, legalmente no estás habilitado para exigir liquidación (solo finiquito). Pero si sospechas que el despido fue injustificado, puedes demandar para reclamar la liquidación. En otras palabras, la liquidación suele implicar un reclamo legal más complejo en caso de desacuerdo, mientras que el finiquito es más automático y pacífico. (Hablaremos adelante de qué hacer si no quieren pagarte.)
Ejemplos prácticos
Para entenderlo mejor, veamos algunos ejemplos comunes:
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Renuncia voluntaria (solo finiquito): Ana decide renunciar a su empleo por motivos personales. Al terminar, Ana tiene derecho a su finiquito, que incluirá el salario de sus últimos días trabajados, el aguinaldo proporcional, vacaciones no tomadas y otros pendientes. Ana no recibirá liquidación, ya que fue su decisión terminar la relación laboral y no hay obligación de indemnizarla por parte de la empresa. (Nota: Si Ana trabajó más de 15 años allí, sí le correspondería la prima de antigüedad en su finiquito; de lo contrario, no la incluye.)
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Despido justificado (solo finiquito): Carlos fue despedido porque incumplió gravemente las políticas de la empresa (por ejemplo, cometió un acto de deshonestidad comprobado). En este caso, la empresa tiene una causa justificada de despido según la ley. Carlos recibirá únicamente su finiquito (salarios y prestaciones proporcionales pendientes), pero no una liquidación, ya que la responsabilidad de la ruptura recae en él por su falta. Aún así, sin importar la causa, la empresa debe pagarle a Carlos todos los pendientes de ley en su finiquito.
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Despido injustificado (finiquito + liquidación): Luis llevaba 5 años trabajando cuando la empresa decide recortar personal sin alegar ninguna causa en particular relacionada con su desempeño. Esto es un despido injustificado. Luis tiene derecho a su finiquito (días trabajados, partes proporcionales de prestaciones) y, además, a una liquidación. Su liquidación debería incluir 3 meses de sueldo, 20 días de salario por cada uno de sus 5 años de servicio (100 días de salario en total por este concepto), prima de antigüedad (12 días por año, serían 60 días de salario en total, aunque con el tope legal si aplica) y las prestaciones proporcionales no pagadas (que en realidad ya están cubiertas en el finiquito). En suma, Luis recibirá una compensación sustancial por haber sido despedido sin causa.
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Terminación por cierre de empresa (finiquito + liquidación): Mariana trabaja con contrato indefinido, pero la empresa cierra operaciones. Al terminarse su empleo por cierre (no por algo que Mariana haya hecho), ella tiene los mismos derechos que un despido injustificado. La empresa deberá pagarle finiquito y liquidación completa, compensándola por la pérdida de su trabajo.
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Renuncia por causa del patrón (finiquito + liquidación): Rosa sufre acoso laboral por parte de su jefe y decide renunciar, notificando que la causa de su renuncia son esos malos tratos. Dado que el patrón es el responsable del rompimiento (por propiciar un ambiente intolerable), Rosa puede exigir legalmente la liquidación. En la práctica, Rosa debería recibir su finiquito normal y, adicionalmente, la liquidación (3 meses, 20 días por año, etc.), igual que si la hubieran despedido injustificadamente.
En estos ejemplos vemos que el finiquito siempre está presente, pero la liquidación solo aparece cuando corresponde legalmente. Un error común es pensar que es “una cosa u otra”; en realidad, en los casos de liquidación vienen ambas: primero el finiquito y además la indemnización. Si no, queda solo el finiquito.
¿Qué hacer si no te quieren pagar lo que corresponde?
Es desafortunadamente común que algunos empleadores traten de evadir o reducir estos pagos (ya sea el finiquito, la liquidación, o ambos). Como trabajador, tienes herramientas legales para exigir tus derechos. Aquí hay pasos y recomendaciones a seguir si sospechas que no te quieren pagar lo justo al terminar tu contrato:
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Infórmate sobre tus derechos y calcula lo que te corresponde: Lo primero es tener claro qué deberías recibir. Revisa los conceptos mencionados arriba y trata de hacer un cálculo aproximado de tu finiquito y, si aplica, liquidación. Puedes apoyarte en calculadoras de finiquito/liquidación en línea o pedir orientación en la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET). Saber la cifra estimada te ayuda a negociar con fundamentos.
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No firmes nada bajo presión si no estás de acuerdo: A veces la empresa puede pedirte que firmes una “carta de renuncia” o un finiquito inmediatamente. ¡Ten cuidado! Si realmente te despidieron y te piden que firmes como si hubieras renunciado, no lo hagas. Esa es una táctica para no pagarte la liquidación. Tampoco firmes recibos de finiquito/liquidación si los montos no están correctos o completos. Tienes derecho a leer con calma cualquier documento y, de ser posible, asesorarte antes de firmar. Si te obligan a firmar algo para darte al menos una parte, puedes agregar la leyenda «Recibo cantidad tal bajo protesta de que es lo que se me adeuda» o simplemente no firmar hasta resolver la discrepancia.
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Conserva documentos y evidencia: Guarda tu carta de despido (si te la dieron) o cualquier comunicación donde se indique la terminación, así como recibos de nómina, contrato de trabajo, identificaciones, etc. Si la empresa no te dio carta de despido, solicítala por escrito. De hecho, la LFT exige que el patrón te notifique por escrito las causas del despido; si no lo hace, eso juega a tu favor legalmente (se presume despido injustificado). Tener documentos te servirá de prueba si necesitas instancias legales.
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Intenta primero una solución conciliada: En muchos casos, puedes dialogar con tu empleador o el departamento de RH, mostrarles por qué te corresponde cierto pago y buscar un acuerdo. Actualmente, existe el Centro de Conciliación Laboral (a nivel federal y en cada estado) donde, antes de ir a juicio, trabajador y patrón pueden tratar de llegar a un arreglo mediante una mediación. Puedes solicitar una audiencia de conciliación laboral; es gratuita y rápida. En esa instancia, con apoyo de un conciliador, puedes presentar tu reclamo (por ejemplo, falta de pago de liquidación) y la empresa puede acceder a pagarte lo debido para evitar un juicio. Este paso de conciliación es obligatorio previo a demandar en la mayoría de los casos laborales tras la reforma al sistema de justicia laboral.
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Busca asesoría legal profesional: Si la empresa sigue negándose a pagar lo que corresponde, no estás solo. Acude a la PROFEDET o a la oficina local de defensa del trabajo. La PROFEDET ofrece asesoría jurídica gratuita a los trabajadores y te puede guiar sobre cómo proceder. También podrías consultar a un abogado laboral privado, pero la ventaja de PROFEDET es que es gratuita y especializada en los derechos de los trabajadores.
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Presenta una demanda laboral si es necesario: Como último recurso, tienes el derecho de demandar a tu empleador ante los tribunales laborales. Tras agotar la conciliación, si no hubo acuerdo, podrás llevar tu caso ante un Juzgado o Tribunal Laboral (antes conocidas como Juntas de Conciliación y Arbitraje, ahora sustituidas por tribunales). En la demanda reclamarás formalmente tus pagos pendientes (finiquito, liquidación, salarios caídos si aplican, etc.). Importante: No dejes pasar mucho tiempo. La ley fija plazos limitados para reclamar: por ejemplo, en caso de despido injustificado tienes 2 meses a partir del despido para presentar la demanda por liquidación; para reclamar solo finiquito o prestaciones adeudadas, el plazo suele ser de hasta 1 año. Si dejas pasar ese tiempo, podrías perder tus derechos de reclamar judicialmente. Por eso, actúa con prontitud si ves que la empresa no cumplirá.
En resumen, si no te quieren pagar lo que te corresponde, insiste con fundamento (conoce tus derechos), no te rindas ante la primera negativa y busca apoyo en las autoridades laborales. La legislación mexicana protege al trabajador en estos casos, y existen mecanismos para que recibas tus pagos legales. Muchas veces, tan solo mencionar que acudirás a la PROFEDET o a una instancia legal puede motivar al patrón a cumplir con su obligación.
Tanto el finiquito como la liquidación son derechos laborales básicos en México que buscan garantizar que, al terminar una relación de trabajo, el trabajador reciba lo que por ley le corresponde. La diferencia entre finiquito y liquidación radica principalmente en la causa de la terminación: el finiquito se paga siempre, mientras que la liquidación solo en caso de despido injustificado u otras situaciones atribuibles al patrón. Como trabajador, es importante que conozcas estos conceptos para proteger tus derechos al terminar un contrato. Si enfrentas una terminación laboral, identifica qué te toca recibir y no dudes en seguir los pasos recomendados para reclamarlo. Un trabajador informado es un trabajador que puede exigir justicia laboral y obtener el trato digno y legal que merece al concluir su empleo. ¡Recuerda que tus derechos están respaldados por la ley y puedes hacerlos valer!
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