Ser despedido por faltas laborales es una situación que preocupa a muchos trabajadores en México. Despedir a un empleado por faltas de asistencia significa terminar la relación laboral debido a ausencias en el trabajo. En este artículo explicaremos de forma clara qué se considera una falta en el trabajo, cuáles son faltas justificadas e injustificadas, en qué casos un despido por faltas es legal según la ley, qué consecuencias tiene para el trabajador y qué hacer si crees que fue un despido injustificado por faltas. También revisaremos lo que dice la Ley Federal del Trabajo al respecto y cómo reunir pruebas, acudir al Centro de Conciliación Laboral y ejercer tus derechos. El objetivo es que conozcas las causas de despido, tus derechos laborales y los pasos a seguir para defenderte ante un cese injusto, todo en un lenguaje accesible y profesional.
¿Qué es una falta laboral?
Una falta laboral (también llamada ausencia laboral o inasistencia) ocurre cuando el trabajador no se presenta a laborar en su horario o día establecido sin un motivo autorizado. En otras palabras, es faltar al trabajo en un día que deberías cumplir con tus labores. Las faltas pueden darse por diferentes razones: desde emergencias o enfermedad, hasta descuidos o negligencia.
Es importante distinguir que no todas las ausencias cuentan como faltas injustificadas. Si la ausencia está permitida o acordada con el empleador (por ejemplo, si pediste permiso con anticipación o estás ejerciendo un derecho como incapacidad médica), entonces no se considera una falta en sentido disciplinario. En cambio, si simplemente no acudes a tu trabajo sin aviso ni justificación válida, esa inasistencia sí califica como falta laboral que podría tener consecuencias.
Faltas laborales frecuentes: Por ejemplo, faltar un día entero sin notificar a tu jefe, ausentarte varias jornadas seguidas sin permiso o no presentarte alegando motivos personales sin acordarlo formalmente, son consideradas faltas laborales. Cada día de ausencia injustificada normalmente cuenta como una falta a los ojos del empleador y de la ley.
También existen casos de retardos o impuntualidad extrema que pueden llegar a tomarse como faltas. Si llegas constantemente muy tarde y acumulas suficientes retardos, la empresa podría contar esas ausencias parciales como faltas completas (según sus políticas internas). En general, cualquier incumplimiento grave de la obligación de asistir al trabajo en tiempo y forma podría ser visto como falta laboral.
Faltas justificadas e injustificadas: ¿cuál es la diferencia?
No todas las faltas son iguales. La ley y las políticas laborales distinguen entre faltas justificadas y faltas injustificadas en el trabajo. Esta diferencia es clave para determinar si un despido por faltas puede ser legal o si sería un despido injustificado. A continuación explicamos cada tipo:
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Faltas justificadas: Son aquellas ausencias en las que el trabajador sí tiene una causa válida o permiso para no asistir, de modo que no debería haber sanción. Por ejemplo, ausentarse por una enfermedad comprobada (presentando un certificado médico o incapacidad del IMSS) es una falta justificada. Otros ejemplos de faltas justificadas pueden ser:
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Una emergencia médica propia o de un familiar cercano (si se avisa y posteriormente se comprueba, por ejemplo con un justificante médico u hospitalario).
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Permiso otorgado por el empleador: si previamente solicitaste y tu patrón aprobó un día de ausencia (ya sea sin goce de sueldo o a cuenta de vacaciones), esa ausencia está autorizada y no cuenta como falta para efectos disciplinarios.
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Cumplir con un deber legal o cívico: por ejemplo, una citación judicial, servicio militar, o asistencia a un trámite oficial impostergable, siempre y cuando informes y compruebes documentalmente la situación.
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Maternidad y paternidad: las faltas amparadas en derechos de maternidad (pre y post natal) o permisos de paternidad establecidos por ley son justificadas. Lo mismo aplica a licencias de maternidad, adopción, etc., contempladas en la ley.
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Fallecimiento de un familiar directo u otra causa de fuerza mayor personal, avisando al empleador lo antes posible y presentando pruebas (como un acta de defunción en caso de un familiar).
En resumen, una falta justificada implica que el trabajador notificó o comprobó una razón legítima por la cual no pudo asistir al trabajo. Estas ausencias no deberían generar sanciones graves ni despidos, ya que están respaldadas por una causa entendible o permitida. Además, las faltas justificadas no deben descontarse como días de ausencia injustificada; incluso, en algunos casos, no deberían descontarse del salario (por ejemplo, una incapacidad médica pagada por el seguro social).
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Faltas injustificadas: Son las ausencias en las que no existe un motivo válido, aviso ni permiso por parte del trabajador. En estas faltas, el empleado no se presenta a laborar y no logra demostrar una razón aceptable para ello. Ejemplos claros de faltas injustificadas son:
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No presentarse al trabajo sin previo aviso y sin comunicar ninguna razón de la ausencia.
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Faltar al trabajo porque simplemente decidiste no ir o por motivos personales que no fueron autorizados (por ejemplo, tomar un día libre por cuenta propia sin aprobación).
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Acumular varias ausencias alegando excusas informales o insuficientes, sin documentación que las respalde (por ejemplo, faltar diciendo que te sentías mal pero sin certificado médico, o faltar por un contratiempo y no avisar oportunamente).
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Negarse a trabajar un día que te tocaba laborar, sin acuerdo ni justificación legítima, también es una falta injustificada.
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Reincidir en ausentarte reiteradamente de forma negligente. Por ejemplo, faltar un día, luego otro a la siguiente semana, y así sucesivamente sin causas reales, podría considerarse un patrón de faltas injustificadas.
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En pocas palabras, una falta injustificada es cuando faltas al trabajo sin permiso ni razón válida. Estas son las faltas que pueden motivar sanciones disciplinarias fuertes e incluso el despido justificado. Las empresas suelen llevar un registro de asistencias, por lo que cada falta injustificada queda anotada en tu expediente laboral.
Nota: Es importante mencionar que si bien la Ley Federal del Trabajo no enumera uno por uno todos los motivos que se consideran «justificados», normalmente dependerá de la circunstancia y de las políticas internas de la empresa. Lo fundamental es informar al patrón lo antes posible cuando ocurre una situación que te impide trabajar, y respaldarla con documentos o pruebas. Si el empleador aprueba o reconoce la justificación, esa ausencia no debería perjudicarte. Por el contrario, si no avisas o tu razón no es válida, la ausencia será injustificada.
¿En qué casos te pueden despedir legalmente por faltas?
Un despido por faltas puede ser legal y justificado únicamente bajo ciertas condiciones establecidas en la ley. En México, la Ley Federal del Trabajo (LFT) define las causas legales por las que un patrón puede despedir a un trabajador sin responsabilidad para el patrón, es decir, sin tener que pagar indemnización por despido injustificado. Estas causas se conocen como causas de rescisión de la relación laboral (artículo 47 de la LFT) y entre ellas se incluye la ausencia injustificada reiterada.
De acuerdo con el Artículo 47 fracción X de la LFT, **el patrón puede despedir justificadamente (legalmente) a un trabajador si éste tiene más de tres faltas de asistencia en un período de 30 días sin permiso del patrón o sin causa justificada. En otras palabras, acumular cuatro o más faltas injustificadas en un lapso de un mes constituye una causa legal de despido. Si se cumple esta condición, el empleador estaría en su derecho de rescindir el contrato por causa justificada debido a esas faltas.
Puntos clave sobre despido legal por faltas:
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Umbral de faltas: La ley marca «más de tres faltas en 30 días«. Esto significa que si en aproximadamente un mes calendario faltaste 4 días o más sin justificación, entras en causal de despido. Con una o dos faltas injustificadas aisladas, un despido inmediato sería difícil de justificar legalmente; con tres faltas en 30 días es un caso límite (la fracción literal dice más de tres). Ya con la cuarta falta injustificada dentro del mismo periodo de 30 días, el patrón puede invocar la causa legal de despido. Es importante saber que no cuentan las faltas justificadas ni los días en que tenías permiso; solo se suman las ausencias sin autorización.
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Permisos y justificaciones: Como aclaración, si dentro de ese periodo de 30 días algunas de tus ausencias fueron con permiso del patrón o por causas justificadas (por ejemplo, enfermedad con comprobante, licencia de maternidad, etc.), esas no se consideran para el conteo de «faltas». Únicamente computan las faltas injustificadas. Por ejemplo, si en un mes faltaste 5 días pero 2 fueron con permiso (justificados) y 3 sin permiso, legalmente serían 3 faltas injustificadas (lo cual no supera el umbral). En cambio, si los 4 o 5 días hubieran sido sin justificación, entonces sí habría más de tres faltas injustificadas y el despido podría proceder.
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Otras causales relacionadas: Además del número de ausencias, otras situaciones ligadas a faltas pueden considerarse causa de despido. Por ejemplo, el abandono de empleo (dejar de presentarte varios días seguidos dando a entender que ya no volverás) típicamente se interpreta también como faltas injustificadas consecutivas y puede ser causal de rescisión. La impuntualidad crónica podría justificar un despido si la empresa documenta que equivale a ausencias parciales repetidas (aunque la ley no la menciona explícitamente, algunas empresas establecen en reglamentos internos que varios retardos equivalen a una falta). En todo caso, cualquier incumplimiento grave de asistir al trabajo podría encuadrarse en esta causal siempre y cuando se cumpla con la formalidad de la ley.
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Formalidades legales: Para que el despido por faltas sea legal, no basta con que el número de inasistencias injustificadas exceda el límite. El patrón debe seguir un procedimiento. La LFT exige que te den un aviso por escrito en el momento del despido (o lo comuniquen a la autoridad laboral dentro de los 5 días siguientes) explicando la causa del despido y las fechas en que faltaste. Es decir, deben entregarte una carta o notificación donde se especifique que te despiden por haber faltado tales días sin justificación. Si el empleador no cumple con entregar este aviso escrito de rescisión indicando las faltas, el despido podría considerarse inválido o injustificado, aunque hayas faltado. Este detalle es muy importante: la falta de forma en el despido lo vuelve ilegal, incluso si en el fondo había causa.
En resumen, te pueden despedir legalmente por faltas sólo si acumulaste repetidas ausencias injustificadas (más de tres en un mes) y siempre que el empleador pruebe esas faltas y te notifique correctamente. Un despido por faltas aisladas o menores, o sin seguir el proceso adecuado, podría no ser válido. La empresa debe tener evidencia (registros de asistencia, reportes, etc.) de que faltaste esos días sin justificación, y debe informártelo formalmente al rescindir tu contrato.
¿Qué dice la Ley Federal del Trabajo sobre las faltas y los despidos?
La Ley Federal del Trabajo (LFT) es la norma principal que rige las relaciones laborales en México, y contiene las disposiciones sobre despidos justificados e injustificados. Para el tema de despido por faltas laborales, la LFT establece claramente tanto las obligaciones de los trabajadores en materia de asistencia, como las causales de rescisión de contrato que los patrones pueden invocar, y los derechos del trabajador despedido.
Obligación de asistir al trabajo: En el artículo 134 de la LFT se señala que es obligación del trabajador «cumplir con las disposiciones del contrato, asistir a trabajar en los días y horas convenidos», y en general poner el esfuerzo y disciplina debidos. En complemento, el artículo 135 prohíbe al trabajador faltar al trabajo sin causa justificada o sin permiso del patrón. Esto significa que legalmente el empleado debe presentarse a laborar salvo que exista una razón válida para no hacerlo y que lo comunique apropiadamente. Estas disposiciones refuerzan la importancia de la asistencia regular como deber laboral.
Causales de rescisión por faltas: Como ya mencionamos, el artículo 47 fracción X de la LFT establece que tener más de tres faltas injustificadas en un periodo de 30 días es una de las causas de rescisión (despido) sin responsabilidad para el patrón. En términos legales, esto quiere decir que si un trabajador incurre en inasistencias repetidas sin justificación dentro de ese lapso, el patrón puede dar por terminada la relación de trabajo por causa justificada, sin pagar indemnización por despido. Esta es la disposición específica de la LFT que respalda un despido por faltas injustificadas.
Procedimiento de despido según la LFT: La misma ley, en el último párrafo del artículo 47, exige que el patrón que despida a un trabajador por alguna de estas causas le dé un aviso por escrito al trabajador, indicando claramente la conducta o falta cometida y la fecha en que ocurrió. Este aviso debe entregarse en el momento del despido. Si no se puede entregar directamente al trabajador (por ejemplo, porque el trabajador no se presentó), el patrón debe comunicarlo dentro de los 5 días hábiles siguientes al tribunal laboral competente, proporcionando la última dirección conocida del trabajador para que la autoridad le notifique. Esta formalidad es crucial: si el empleador no entrega el aviso escrito de rescisión, se presume que el despido fue injustificado a menos que pruebe que el trabajador se negó a recibirlo. Es decir, la carga de la prueba recae en el patrón para demostrar que te avisó correctamente de la causa del despido.
Despido injustificado: Si el despido no cumple con una causa válida o con el procedimiento (por ejemplo, te despiden por menos faltas de las requeridas, o eran faltas justificadas, o no te dieron aviso escrito), entonces es un despido injustificado. La LFT, en sus artículos 48 a 50, establece los derechos del trabajador en caso de despido injustificado:
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Tienes derecho a demandar tu reinstalación en el trabajo o el pago de una indemnización constitucional (a elección del trabajador en la mayoría de los casos). La indemnización constitucional por despido injustificado corresponde a tres meses de salario integrado.
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También tendrías derecho al pago de los salarios caídos (salarios vencidos) desde la fecha del despido hasta que el patrón te pague la indemnización o hasta que se dicte un laudo. Nota: Actualmente, la ley limita los salarios caídos a un máximo de 12 meses; si el juicio laboral se prolonga más allá de 12 meses, después de ese periodo generas intereses sobre 15 meses de salario en lugar de seguir acumulando salario completo, esto para evitar abusos de demora.
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Adicionalmente, independientemente de la justificación, al terminar la relación te deben pagar las prestaciones proporcionales que hubieras acumulado (aguinaldo, vacaciones, prima vacacional, PTU si aplica, etc.). En despido injustificado además tendrías derecho a prima de antigüedad (12 días de salario por cada año trabajado) si tienes 15 años o más de antigüedad, o en todo caso de forma mínima si procede.
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La ley también prevé que puedes acudir a las autoridades laborales (actualmente los Centros de Conciliación y los Tribunales Laborales) para reclamar estos derechos. Tienes un plazo de 2 meses a partir del despido para presentar una reclamación por despido injustificado (art. 518 fracción I de LFT, sobre caducidad de la acción de reinstalación o indemnización).
Protección al trabajador: En resumen, la LFT busca proteger al trabajador de despidos arbitrarios, pero a la vez permite al patrón despedir sin costo cuando hay una causa grave como faltas injustificadas reiteradas. Por eso, siempre que seas despedido por faltas, debes contrastar lo ocurrido con lo que dice la Ley Federal del Trabajo: ¿Realmente incurriste en la causal (ausencias injustificadas reiteradas)? ¿Te notificaron por escrito correctamente? ¿Omitió algo el patrón? Conocer la ley te permitirá saber si el despido fue legal o si puedes pelearlo.
¿Qué hacer si consideras que el despido fue injustificado por faltas?
Si te despidieron alegando faltas pero crees que fue injusto o ilegal (por ejemplo, tú sí justificaste esas ausencias, o no acumulaste tantas faltas, o no siguieron el proceso correcto), es importante que tomes acción para defender tus derechos. Un despido injustificado por faltas ocurre cuando el patrón realmente no tenía causa válida o no hizo bien el procedimiento, a pesar de usar las faltas como pretexto. En esta situación, el trabajador puede reclamar reparaciones conforme a la ley. A continuación te damos los pasos y recomendaciones de qué hacer ante un despido por faltas que consideras injustificado:
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Analiza la situación y reúne evidencia: Lo primero es recopilar todas las pruebas relacionadas con tus ausencias y tu despido. Esto incluye:
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Justificantes de tus faltas: junta certificados médicos, comprobantes o cualquier documento que demuestre que tus ausencias tenían motivo. Si avisaste por correo, WhatsApp u otro medio a tu supervisor sobre una ausencia, conserva esas comunicaciones (emails, mensajes, etc.).
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Registros de asistencia o incidencias: si tienes acceso a tarjetas de asistencia, registros de checador o recibos de nómina donde se vean descuentos por faltas, guárdalos. Podrían servir para mostrar cuántas faltas realmente tuviste.
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Carta de despido o comunicaciones del patrón: si te entregaron una carta de despido (aviso de rescisión), léela con cuidado. Anota la fecha en que te la dieron, qué motivos escribieron y si coincide con la realidad. Si no te dieron nada por escrito, eso ya es una falla del empleador que debes anotar.
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Testigos: en caso de controversia, compañeros de trabajo o personas que sepan de tu situación (por ejemplo, que te vieron enfermo, o que supieron que pediste permiso) podrían ser testigos. Ten en mente quién podría atestiguar a tu favor si se requiere.
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Toda esta evidencia será útil más adelante para probar que no había causa o que tú sí justificaste. Por ejemplo, imaginemos que faltaste 2 días por enfermedad y tienes los comprobantes, y aun así te despidieron por «faltas injustificadas»: esos documentos mostrarán que en realidad las faltas fueron justificadas y por tanto el despido fue improcedente. O quizá faltaste 4 días pero 2 eran con permiso del jefe: también podrías probar eso.
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No firmes una renuncia o finiquito sin asesoría: En algunos casos, el empleador podría intentar que firmes documentos inmediatamente, como una «renuncia voluntaria» o un finiquito, para protegerse. No firmes nada bajo presión si no estás de acuerdo con la causa del despido. Firmar una renuncia implicaría que tú aceptaste terminar la relación por voluntad propia, renunciando a reclamar. Si te presentan un finiquito, revisa que esté todo lo que te deben pagar. Si no estás seguro, es tu derecho solicitar asesoría legal antes de firmar. Puedes firmar de recibido escribiendo «bajo protesta» o «no conforme» si te ves obligado, pero lo ideal es no firmar ningún papel que entregue el patrón hasta tener claro que procede.
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Acude al Centro de Conciliación Laboral: Desde la última reforma laboral en México, antes de demandar formalmente debes pasar por una instancia de conciliación. Debes presentarte en el Centro de Conciliación Laboral de tu estado (o el Centro Federal de Conciliación si aplica, según el caso) para solicitar una cita de conciliación con tu ex-empleador.
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Plazo: Tienes 60 días naturales (2 meses) desde la fecha de tu despido para iniciar este procedimiento de conciliación por despido injustificado. Si dejas pasar más de dos meses, podrías perder tu derecho a reclamar legalmente el despido (caducaría la acción).
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Procedimiento de conciliación: La conciliación es gratuita y busca que trabajador y empleador lleguen a un acuerdo sin necesidad de juicio. Presentas tu solicitud explicando que te despidieron y consideras que fue injustificado por tales razones. El Centro citará al patrón a una audiencia conciliatoria. Puede durar varias sesiones, pero por ley no más de 45 días naturales el proceso de conciliación. En estas pláticas, puedes solicitar lo que te corresponde (por ejemplo, una indemnización, salarios caídos, finiquito correcto, etc.). El empleador podría ofrecerte algo a negociar.
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Asesoría: En la conciliación puedes asistir por tu cuenta o con un abogado. Si no puedes costear uno, la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) ofrece asesoría legal gratuita a trabajadores y te puede representar o guiar en este proceso. También algunos estados tienen procuradurías locales de defensa del trabajo. Es muy recomendable tener asesoría para saber cuánto pedir o si el ofrecimiento del patrón es justo.
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Resultados: Si en la conciliación logran un acuerdo, se firma un convenio. Podrías recibir una indemnización acordada (por ejemplo, el pago de los 3 meses de salario, o algún monto negociado) u otros beneficios a cambio de dar por concluido el asunto. Asegúrate de que cualquier convenio sea revisado para que realmente te convenga. Si se llega a buen término, ya no tendrías que ir a juicio.
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Presenta una demanda laboral (si no hay acuerdo): Si la conciliación fracasa porque el empleador no se presentó o no se llegó a un arreglo satisfactorio, el Centro de Conciliación te emitirá una Constancia de No Conciliación. Con ese documento ya tienes luz verde para interponer formalmente una demanda laboral ante el Tribunal Laboral competente, reclamando el despido injustificado.
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En la demanda, tendrás que exponer los hechos (por qué consideras injusto el despido por faltas) y normalmente se solicita ya sea la reinstalación en tu puesto o la indemnización constitucional de 3 meses de salario, más los salarios caídos y prestaciones que te deban. En la práctica, muchos trabajadores optan por pedir la indemnización en lugar de reinstalarse, especialmente si la relación con el empleador está muy deteriorada.
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Durante el juicio, el patrón deberá probar que hubo causa y que cumplió la ley. Por ejemplo, tendría que mostrar tus registros de inasistencias injustificadas y que te dio el aviso de rescisión. Si no lo logra, el tribunal te dará la razón.
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Un juicio laboral puede tardar varios meses (a veces más de un año), pero con la nueva reforma son más ágiles que antes. Si ganas, el tribunal ordenará al patrón pagarte la indemnización, salarios caídos, así como tu finiquito e incluso una prima de antigüedad si corresponde. Si la sentencia sale a tu favor y el patrón no paga voluntariamente, hay mecanismos para ejecutarla (embargos, etc.).
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Cabe mencionar: si en la demanda pediste reinstalación, podrías recuperar tu empleo (con el pago de salarios caídos) si así lo determina el juez y si el puesto aún existe, salvo excepciones (por ejemplo, en puestos de confianza el patrón puede negarse a reinstalarte pero debe pagarte una indemnización adicional). Esto ya es un tema muy legal, pero es bueno saber que existe esa posibilidad.
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Infórmate y ejerce tus derechos: A lo largo de todo este proceso, procura estar informado. Lee sobre tus derechos laborales, consulta fuentes confiables o asesores legales. Conocer la Ley Federal del Trabajo y cómo aplica a tu caso te dará ventaja. Por ejemplo, saber del plazo de 2 meses para demandar es crucial para no quedarte sin acción; conocer que tenías derecho a un aviso escrito te ayuda a argumentar mejor, etc. Ejercer tus derechos implica también que no te quedes callado si sufriste una injusticia. Muchos trabajadores, por desconocimiento, no demandan y pierden indemnizaciones a las que tenían derecho.
En resumen, si el despido fue injustificado por faltas, tienes recursos legales para impugnarlo. Reúne pruebas de que tus faltas eran justificadas o de que el despido fue indebido, acude al Centro de Conciliación Laboral lo antes posible para intentar un arreglo o recibir orientación, y si no hay acuerdo, presenta tu demanda laboral en tiempo y forma. Siempre es aconsejable buscar apoyo de instituciones como la PROFEDET, sindicatos (si perteneces a alguno) o abogados especialistas en derecho laboral. Recuerda que la ley está de tu lado cuando el despido es injusto: puedes lograr una compensación por el daño, pero debes actuar dentro de los plazos legales y con la asesoría adecuada.
Recomendaciones finales
El despido por faltas es un tema serio, pero con la información correcta puedes manejar la situación de mejor manera. Para evitar llegar al despido, como trabajador procura notificar y justificar cualquier ausencia legítima que tengas; guarda siempre comprobantes y comunica con honestidad a tu empleador. Cumplir con tus obligaciones de asistencia es la mejor forma de prevenir problemas.
Si lamentablemente has sido despedido por supuestas faltas, no asumas de inmediato que todo está perdido. Revisa si esas faltas eran justificables o si el patrón siguió el proceso legal adecuado. Muchas veces, la falta de un aviso escrito o una mala contabilización de tus ausencias pueden convertir ese despido en despido injustificado, dándote derecho a reclamar compensaciones.
En cualquier caso, conoce tus derechos y obligaciones: la Ley Federal del Trabajo brinda tanto bases para el despido con causa (por ejemplo, las ausencias repetidas sin justificación) como protecciones para el trabajador (indemnizaciones, conciliación obligatoria, etc.). Usa esas herramientas a tu favor.
Por último, no dudes en buscar asesoramiento. Acudir a las autoridades laborales, ya sea el Centro de Conciliación o la PROFEDET, puede marcar la diferencia para hacer valer tus derechos. Ellos te guiarán en el proceso y te ayudarán a obtener lo justo.
Mantén una actitud profesional y firme. Si cumpliste con tu trabajo lo mejor posible y aun así enfrentaste un despido por faltas, tienes el derecho de defenderte. Un trabajador informado es un trabajador protegido. Esperamos que esta guía te haya sido útil para entender las causas, consecuencias y la legalidad alrededor del despido por faltas, así como las acciones para protegerte. ¡No permitas que un procedimiento incorrecto vulnere tu estabilidad laboral y económica, ejerce tus derechos con conocimiento y confianza!
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