Ser despedido del trabajo es una situación difícil, pero cuando se trata de un despido injustificado – también conocido como despido sin causa o terminación laboral injustificada – los trabajadores en México tienen derechos específicos para protegerse. En este artículo explicamos en qué consiste un despido injustificado según la legislación mexicana, brindamos ejemplos comunes, describimos los derechos del trabajador, detallamos los pasos a seguir (conciliación, demanda, pruebas, etc.), analizamos las consecuencias legales para el patrón y ofrecemos recomendaciones prácticas. Esta guía completa te ayudará a entender cómo defender tus derechos ante un despido sin justificación de manera clara y accesible.
¿Qué es un despido injustificado?
Un despido injustificado es la terminación de la relación laboral por decisión unilateral del patrón (empleador) sin una causa válida de las establecidas en la ley o sin seguir el procedimiento legal adecuado. En México, la Ley Federal del Trabajo (LFT) enumera en su artículo 47 las causas por las cuales un patrón puede despedir a un trabajador de forma justificada, por ejemplo: faltas de honradez o integridad, actos de violencia, ausencias injustificadas repetitivas, daño intencional a la empresa, estar bajo efectos de alcohol o drogas en el trabajo, entre otras faltas graves. Si el motivo de tu despido no encaja en esas causales legales, entonces se considera despido injustificado (es decir, un despido sin causa justificada).
Además, incluso cuando exista una posible causa, la ley exige un procedimiento formal: el patrón debe entregarte un aviso de rescisión por escrito detallando la causa del despido y la fecha en que ocurrió la falta. Este aviso debe proporcionarse al momento del despido o notificarse ante la autoridad laboral en los días posteriores. Si no te entregan este aviso por escrito, el despido automáticamente se presume injustificado. En resumen, cualquier terminación laboral que ocurra sin una razón válida contemplada en la ley o sin cumplir las formalidades legales será considerada un despido injustificado.
Cabe destacar que la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos protege a los trabajadores contra despidos arbitrarios. El artículo 123 constitucional establece que, ante un despido sin justificación, el trabajador tiene derecho a ser reinstalado en su puesto o recibir una indemnización. Por ello, la legislación laboral mexicana brinda fuertes protecciones al empleado despedido injustificadamente.
Ejemplos comunes de despido injustificado
Para entender mejor cuándo se configura un despido injustificado, a continuación mencionamos situaciones comunes que constituyen despido sin causa legal en México:
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Despidos por discriminación: Si te despiden por motivos de embarazo, por tu edad, orientación sexual, religión, estado de salud o cualquier otra razón discriminatoria, es un despido injustificado. Ejemplo: una trabajadora es despedida al enterarse el patrón de que está embarazada, o un empleado es cesado por tener una enfermedad sin que afecte su desempeño.
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Despido por motivos personales del patrón: Ocurre cuando el empleador te despide simplemente porque “no le agradas”, por favoritismo, nepotismo o para contratar a alguien más (quizá con salario menor). Estos despidos sin causa objetiva son injustificados. Ejemplo: el jefe decide despedir a un trabajador competente solo para colocar en el puesto a un amigo o familiar.
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Recorte de personal sin indemnización adecuada: Si la empresa realiza un cierre, reestructura o recorte de personal y te despiden sin ofrecerte la indemnización correspondiente, se considera injustificado. La ley no contempla la “falta de recursos” de la empresa como causa para despedir sin responsabilidad; en estos casos, el patrón igualmente debe pagar la compensación legal. Ejemplo: una compañía cierra un área y despide a sus empleados argumentando razones económicas, pero no les paga su liquidación completa.
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Despido sin previo aviso ni motivo aparente: Si un día simplemente te dan de baja sin explicación, o te piden que “ya no regreses” sin entregarte carta de despido ni exponer una causa, estás ante un despido injustificado. Ejemplo: te presentan tu último pago de nómina y te dicen verbalmente que hasta allí llegan tus servicios, sin más detalles ni documento alguno.
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Bajo rendimiento o faltas leves sin proceso adecuado: Despedirte por supuestamente bajo desempeño, por errores menores o por una falta aislada sin haber seguido un proceso disciplinario (llamadas de atención, advertencias) normalmente se considera injustificado. Ejemplo: cometer un error subsanable en el trabajo y que esa sea la única “razón” para despedirte inmediatamente, sin haberte dado oportunidad de corregirlo.
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Forzar la renuncia (despido encubierto): En muchos casos el patrón pide al trabajador que firme su renuncia voluntaria cuando en realidad lo está despidiendo. Si fuiste presionado u obligado a renunciar bajo amenaza (por ejemplo, diciéndote que si no firmas, no te pagarán nada de tu finiquito), esa “renuncia” equivale a un despido injustificado. Ejemplo: te ponen frente a una carta de renuncia ya redactada y te presionan para firmarla en ese momento a cambio de cierta cantidad, sin darte oportunidad de analizar la situación.
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Represalias por ejercer tus derechos: Si te despiden en represalia porque exigiste algún derecho (pedir el pago de horas extra, reportar un abuso o acoso, formar parte de un sindicato, denunciar condiciones inseguras, etc.), el despido es injustificado. Ejemplo: un empleado que se queja formalmente de la falta de pago de utilidades es despedido al poco tiempo como castigo encubierto.
En todos estos casos, el elemento común es que no existe una causa grave legalmente válida atribuible al trabajador. Por lo tanto, la terminación es arbitraria y el trabajador despedido puede reclamar sus derechos bajo la figura de despido injustificado.
Derechos del trabajador ante un despido sin justificación
Si has sido víctima de un despido injustificado en México, la ley está de tu lado. Existen varios derechos y compensaciones a las que tienes derecho como trabajador despedido sin causa. A continuación, resumimos las principales:
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Derecho a la reinstalación: Tienes la opción de exigir que el patrón te reinstale en tu puesto. Esto significa regresar al mismo trabajo, con las mismas condiciones (puesto, sueldo, prestaciones) que tenías antes del despido. La reinstalación debe ser bajo los mismos términos que gozabas, protegiendo tu antigüedad y derechos como si nunca hubieras sido despedido. (Nota: En ciertos casos especiales el patrón puede negarse a reinstalar, como explicaremos más adelante, pero en la mayoría de los empleos este derecho es válido.)
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Derecho a la indemnización constitucional: Si no deseas o no procede la reinstalación, tienes derecho a una indemnización por despido injustificado. La indemnización básica fijada por la Constitución (conocida como indemnización constitucional) equivale a tres meses de salario integrado. Es decir, el patrón debe pagarte 3 meses de tu sueldo como reparación por haberte despedido sin causa. Este pago es obligatorio cuando optas por la indemnización en lugar de reinstalarte.
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Pago de salarios caídos (sueldos vencidos): Si inicias una demanda laboral por despido injustificado y el proceso legal tarda un tiempo, al ganar el juicio tienes derecho a que el patrón te pague los salarios caídos. Estos son los sueldos que dejaste de percibir desde el despido hasta la fecha del laudo o sentencia. La ley actualmente limita los salarios caídos hasta un máximo de 12 meses; si el juicio dura más de un año, a partir del mes 13 se generan intereses sobre 15 meses de salario (según las disposiciones vigentes). En esencia, esto garantiza que no pierdas totalmente el ingreso del tiempo que estuviste sin trabajo por el despido injusto, pero también evita que la deuda crezca indefinidamente.
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Prima de antigüedad: Todo trabajador despedido (justa o injustificadamente) tiene derecho a la prima de antigüedad, que es una prestación por los años de servicio prestados. En caso de despido injustificado, corresponde pagarte 12 días de salario por cada año trabajado en la empresa, en reconocimiento a tu antigüedad. (Si tu sueldo diario es muy alto, la ley establece que para el cálculo de la prima se tope el salario a máximo el doble del salario mínimo, pero esto solo afecta a salarios muy elevados). Importante: A diferencia de una renuncia voluntaria, donde solo aplica si tienes 15 años o más de antigüedad, cuando te despiden sin causa tienes derecho a la prima de antigüedad sin importar tu tiempo de servicio.
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Finiquito de ley (prestaciones pendientes): Además de las indemnizaciones mencionadas, deben pagarte todo lo que te corresponda por el tiempo trabajado hasta el despido. Esto incluye:
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Días trabajados no pagados: El salario de los días del último período laborado que aún no te hayan pagado.
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Parte proporcional de aguinaldo: Te corresponde el aguinaldo proporcional por los meses que trabajaste en el año, hasta la fecha del despido.
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Vacaciones no tomadas y prima vacacional: Si tenías vacaciones pendientes de usar, deben pagártelas de forma proporcional, junto con la prima vacacional (mínimo el 25% sobre esas vacaciones).
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Otras prestaciones que tuvieras en tu contrato o por ley: por ejemplo, bonos, comisiones ya devengadas, fondo de ahorro, utilidades (PTU) generadas si aplica, vales no cobrados, etc. Cualquier beneficio laboral pendiente debe integrarse en tu pago final.
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Indemnización adicional en casos especiales: En la mayoría de los casos de despido injustificado, la indemnización estándar es la de 3 meses de salario. Sin embargo, cuando el patrón legalmente puede negarse a reinstalarte (por ejemplo, si eras un trabajador de confianza, de servicio doméstico, temporal, con menos de un año de antigüedad, o tenías contacto muy directo con el empleador que hace inviable la relación), entonces el patrón debe pagarte, además de los 3 meses, una indemnización adicional de 20 días de salario por cada año trabajado. Esta indemnización de 20 días por año está prevista en la LFT para esos supuestos en que no opera la reinstalación. En términos simples: si por ley no te reinstalan, tu compensación económica será mayor.
Ante un despido injustificado el trabajador puede elegir entre ser reinstalado en su empleo o recibir una liquidación (indemnización) conforme a la ley. Esta “liquidación” comúnmente incluye los 3 meses de sueldo, prima de antigüedad y todas las prestaciones pendientes, y en ciertos casos los 20 días por año mencionados. Todos estos derechos buscan resarcir el daño económico al trabajador y a la vez desincentivar que los empleadores despidan injustificadamente.
Pasos a seguir en caso de despido injustificado
Sufrir un despido injustificado puede ser abrumador, pero es importante actuar con prontitud y seguir los pasos adecuados para hacer valer tus derechos. A continuación, se presenta un plan de acción paso a paso para los trabajadores despedidos sin causa en México:
1. Mantén la calma y documenta todo: Lo primero es conservar la calma y reunir información del despido. Toma nota de la fecha, hora y circunstancias en que te comunicaron el despido. Identifica quién te lo notificó y qué motivos (si alguno) te dieron. Si el despido fue verbal, trata de conseguir algún comprobante: por ejemplo, mensajes de texto o correo electrónico donde te indiquen que ya no trabajarás ahí, testigos (compañeros de trabajo que sepan de tu despido), o cualquier evidencia que confirme que fuiste despedido y no renunciaste. No firmes de inmediato ningún documento si no lo comprendes o no estás de acuerdo, especialmente si es una renuncia voluntaria; tienes derecho a revisarlo con calma o con un asesor antes de firmar. También solicita (o espera) a que te entreguen tu aviso de despido por escrito; si no te lo dan, anota ese hecho, ya que la falta de carta de despido juega a tu favor legalmente.
2. Asesórate sobre tus derechos: Es muy recomendable buscar asesoría legal de inmediato. Puedes acudir a la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET), que brinda orientación y asistencia legal gratuita a los trabajadores. Ellos te informarán de tus derechos, te ayudarán a calcular la liquidación que te corresponde y te guiarán en los siguientes pasos. Alternativamente, puedes consultar con un abogado laboral particular o un sindicato si perteneces a alguno. Tener claridad de tu situación legal desde el inicio te dará seguridad para proceder correctamente.
3. Inicia la conciliación prejudicial obligatoria: Desde la reforma laboral reciente en México, antes de interponer una demanda laboral es obligatorio agotar una etapa de conciliación. Debes presentar una solicitud de conciliación por despido injustificado ante el Centro de Conciliación Laboral competente (federal o local, según corresponda a tu empleo). No dejes pasar el tiempo: Tienes únicamente 2 meses (60 días naturales) a partir de la fecha del despido para iniciar tu reclamación legal. Esto generalmente significa que dentro de ese plazo debes solicitar la conciliación. En esta etapa, se citará tanto al trabajador como al patrón a una audiencia con un conciliador neutral para intentar llegar a un acuerdo. Si el patrón está dispuesto, podría ofrecerte una indemnización o llegar a algún arreglo económico. Es importante que cualquier acuerdo sea justo y cubra al menos lo que marca la ley (3 meses, prima, etc., según el caso). Si logran conciliar, asegúrate de que el acuerdo quede por escrito y firmado, y de preferencia validado por la autoridad del centro de conciliación para que tenga validez legal. Si el patrón no se presenta a la cita de conciliación, o no se llega a ningún acuerdo, el Centro de Conciliación te emitirá una Constancia de No Conciliación (un documento que acredita que intentaste conciliar sin éxito). Esta constancia es necesaria para el siguiente paso.
4. Presenta una demanda laboral: Si la conciliación no resolvió el conflicto, el siguiente paso es interponer una demanda por despido injustificado ante el Tribunal Laboral (juzgado laboral) competente. Con la constancia de no conciliación en mano, redactarás (con ayuda de tu asesor o abogado) una demanda laboral en la que expondrás los hechos: que fuiste despedido injustificadamente tal fecha, sin causa, sin carta de despido (si aplica), etc., y reclamarás formalmente tus derechos. En la demanda se especifica qué es lo que solicitas: por ejemplo, reinstalación en tu puesto o, en alternativa, el pago de la indemnización constitucional (3 meses), más los salarios caídos, la prima de antigüedad, partes proporcionales de aguinaldo, vacaciones, y cualquier otra prestación que te deban. También se pueden solicitar daños y perjuicios o indemnizaciones adicionales si hubiera lugar (por ejemplo, en casos de discriminación podría reclamarse daño moral, aunque eso suele ventilarse por otras vías legales). La demanda se presenta en el Tribunal correspondiente a la jurisdicción de tu centro de trabajo o domicilio laboral.
5. Ofrece pruebas y sigue el juicio laboral: Una vez iniciada la demanda, comienza el proceso legal. Ambas partes (tú y el patrón) deberán presentar sus pruebas y argumentos ante el Tribunal. Como trabajador demandante, es importante que ofrezcas todas las pruebas que respalden tu caso:
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Documentales: tu contrato de trabajo, recibos de nómina, identificaciones de la empresa, correos o mensajes relacionados, la constancia de no conciliación, y cualquier documento que muestre que trabajabas allí y que fuiste despedido.
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Testimoniales: puedes presentar testigos (ex compañeros, por ejemplo) que tengan conocimiento de que fuiste despedido sin causa.
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Periciales o inspecciones: en algunos casos se solicita inspección de la empresa o peritajes, aunque en un despido injustificado típico no siempre es necesario.
Por su parte, el patrón deberá probar si alega alguna causa justificada para el despido. Importante: En juicios por despido, la carga procesal suele estar del lado del patrón para demostrar que el despido fue justificado y que entregó el aviso de rescisión como marca la ley. Si el empleador no prueba una causa válida, el tribunal asumirá que fue injustificado. Tu responsabilidad principal será demostrar que existió el despido (por ejemplo, refutar si el patrón dice que renunciaste) y cuantificar lo que te deben. Durante el juicio, puede haber audiencias para depurar los puntos en conflicto, ofrecer y admitir pruebas, y finalmente una audiencia de juicio donde se desahogan (presentan) las pruebas admitidas, incluyendo testimonios.
6. Espera la resolución y ejecución: Tras la fase probatoria, el Tribunal Laboral emitirá una resolución (laudo o sentencia). Si el fallo te es favorable y se declara que sí hubo despido injustificado, la autoridad ordenará al patrón cumplir con lo que solicitaste: reinstalarte en tu empleo o pagarte la indemnización correspondiente, según lo que hayas pedido en la demanda, además de las prestaciones adeudadas. Si pediste reinstalación, el patrón deberá regresarte al trabajo (salvo las excepciones legales, en cuyo caso pagaría la indemnización de 20 días por año adicional). Si pediste indemnización, deberá pagarte los 3 meses, prima de antigüedad, salarios caídos, etc., conforme la sentencia. Una vez que la sentencia quede firme (si el patrón no apela o después de resolver la apelación en su caso), podrás exigir el cumplimiento: esto significa que el patrón te pague lo señalado o te reinstale. Si el empleador se niega a cumplir voluntariamente, el Tribunal puede proceder a embargar bienes o cuentas de la empresa para hacer efectivo el pago, garantizando que recibas tu compensación.
En todo este proceso es crucial contar con asesoría legal (sea de PROFEDET o un abogado particular) que te represente adecuadamente. También es importante respetar los tiempos: si dejas pasar más de 2 meses sin iniciar acciones, podrías perder el derecho a demandar (por caducidad de la acción). Por eso, actúa lo antes posible después del despido injusto.
Consecuencias para el patrón por un despido injustificado
Los empleadores que incurren en un despido injustificado enfrentan diversas consecuencias legales y económicas. Estas son las principales repercusiones para el patrón que despide sin causa a un trabajador en México:
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Obligación de pagar indemnizaciones y prestaciones: La primera consecuencia tangible es financiera. El patrón debe pagar al trabajador despedido injustificadamente todas las indemnizaciones y prestaciones que marca la ley. Esto incluye, como vimos, el equivalente a 3 meses de salario, la prima de antigüedad, partes proporcionales de aguinaldo, vacaciones, etc., y en su caso salarios caídos. Además, si el despido llega a juicio y el patrón pierde, podría verse obligado a pagar también los gastos y costas del juicio (honorarios del abogado del trabajador, entre otros, dependiendo de lo que determine la autoridad). En pocas palabras, un despido injustificado le sale caro al empleador, pues tendrá que desembolsar un monto considerable en compensaciones. Cabe mencionar que la indemnización constitucional de tres meses tiene un carácter no solo reparatorio para el trabajador, sino también de sanción al patrón por la decisión injusta de despedirlo sin causa.
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Reinstalación forzosa del trabajador: Otra consecuencia es que el patrón puede verse obligado a reinstalar al trabajador despedido. Si el empleado escoge la reinstalación y la ley no exime al patrón de hacerlo (es decir, en la mayoría de los casos, salvo ciertas excepciones), el patrón deberá aceptar de regreso al trabajador en el puesto. Esto puede ser incómodo para el empleador, especialmente si había contratado a alguien más para el puesto o si la relación personal está deteriorada. Sin embargo, legalmente tiene que acatar la reinstalación con las mismas condiciones de antes, reconocer la antigüedad del trabajador y pagar los sueldos dejados de percibir hasta la reinstalación (hasta 12 meses como mencionamos). Si el patrón se niega a reinstalar cuando está obligado, entonces deberá pagar al trabajador, además de todo lo anterior, la indemnización adicional de 20 días por año trabajado en compensación. En resumen, el empleador no puede evadir su responsabilidad: o reincorpora al trabajador o le paga más dinero en indemnizaciones.
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Multas y sanciones legales: Despedir injustificadamente a un trabajador puede acarrear también sanciones administrativas por parte de las autoridades laborales. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y las inspecciones laborales podrían imponer multas al patrón por violaciones a la Ley Federal del Trabajo, como no haber cumplido el procedimiento de despido (falta de aviso escrito) o por vulnerar derechos del trabajador. Por ejemplo, el reglamento de la LFT contempla multas por no cumplir con las obligaciones de entregar documentación al trabajador. Asimismo, si el despido fue por un motivo discriminatorio o violatorio de derechos fundamentales, el patrón podría enfrentar acciones legales adicionales (quejas ante la Comisión de Derechos Humanos, denuncias ante CONAPRED en casos de discriminación, etc.). Estas no son consecuencias laborales directas, pero sí implican problemas legales adicionales. En cualquier caso, la empresa puede sufrir un impacto económico extra por concepto de sanciones monetarias o pago de daños y perjuicios si así lo determinaran instancias correspondientes.
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Impacto en la reputación y clima laboral: Aunque no es una consecuencia legal, vale la pena mencionar que un despido injustificado puede afectar la reputación de la empresa y el ambiente de trabajo interno. Si otros empleados se enteran de que un compañero fue despedido sin causa, puede generar desconfianza, temor e inconformidad en la plantilla, reduciendo la motivación y la lealtad hacia la empresa. Además, las empresas que frecuentemente despiden injustificadamente pueden ganar mala fama en el sector, lo que dificulta atraer y retener talento. En ciertos casos, trascender públicamente un conflicto laboral (por ejemplo, si el trabajador hace pública su situación en redes sociales o medios) puede dañar la imagen corporativa. Por tanto, más allá de lo legal, es interés del patrón evitar conflictos laborales de este tipo por el bien de su organización.
En síntesis, para un empleador no es trivial despedir a alguien sin justificación: se expone a pagar montos elevados, a obligaciones de reinstalar personal, a posibles multas gubernamentales y a deteriorar su relación con el resto de los trabajadores. La ley mexicana fomenta la estabilidad en el empleo, por lo que busca que los patrones piensen dos veces antes de realizar un despido arbitrario.
Recomendaciones legales y prácticas para los trabajadores
Si eres un trabajador enfrentando (o sospechas que podrías enfrentar) un despido injustificado, te recomendamos seguir estas buenas prácticas para proteger tus derechos e intereses:
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Conoce tus derechos laborales: La información es tu mejor aliada. Familiarízate con lo básico de la Ley Federal del Trabajo en materia de despidos, para que sepas qué puede o no hacer tu empleador. Saber que tienes derecho a 3 meses de salario, reinstalación, prima de antigüedad, etc., te dará confianza para exigir lo que corresponde. Si no estás seguro de algo, busca asesoría (legal o sindical) antes de tomar decisiones.
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No firmes nada bajo presión: Es común que, al despedirte, el patrón te presente documentos para firmar de inmediato (como una carta de renuncia voluntaria, un finiquito o un acuerdo). Lee cuidadosamente cualquier documento antes de firmarlo. No firmes tu renuncia si realmente no estás renunciando; esa firma podría usarse en tu contra después. Si te ofrecen un finiquito o liquidación, verifica que el monto sea el correcto. Tienes derecho a rehusar firmar en ese momento y solicitar un tiempo para revisar la oferta o consultar con un abogado. Es preferible pasar por un proceso legal que firmar algo injusto que te haga renunciar a tus derechos.
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Documenta todo por escrito: Trata de que las comunicaciones importantes queden por escrito. Si tu jefe te informa verbalmente del despido, pide respetuosamente alguna confirmación por escrito o envía tú mismo un correo electrónico resumiendo lo sucedido a Recursos Humanos. Guarda correos, mensajes de WhatsApp, cartas, recibos de nómina, identificaciones de la empresa y cualquier documento relacionado con tu trabajo. Estos documentos serán clave como pruebas en caso de una demanda. También anota los nombres y puestos de las personas involucradas en el despido (quien te lo comunicó, testigos que estuvieron presentes, etc.).
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Acude a PROFEDET u organismos de apoyo: En México, la PROFEDET (Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo) ofrece orientación legal gratuita a los trabajadores. No dudes en contactarles ante un despido injustificado; te asesorarán sobre qué hacer, te ayudarán a calcular tu liquidación y pueden incluso representarte legalmente sin costo en la conciliación y juicio. También existen abogados especializados en derecho laboral y clínicas jurídicas (por ejemplo, en universidades) que podrían brindarte apoyo. Nunca está de más tener a un experto de tu lado.
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Respeta los plazos legales: Como mencionamos, el tiempo es un factor crítico. Tienes 60 días naturales desde tu despido para emprender acciones legales (conciliación/demanda). Si dejas pasar más tiempo, lamentablemente podrías perder la oportunidad de reclamar. Marca en tu calendario la fecha límite y asegúrate de iniciar la conciliación o demanda antes de que venza. Igualmente, si tu caso está en proceso, acude puntualmente a las audiencias y cumple los plazos que te indique tu abogado o la autoridad.
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Mantén una actitud profesional: Aunque el despido sea injusto y pueda generar enojo o tristeza, trata de manejar la situación con profesionalismo. Evita confrontaciones violentas o discusiones acaloradas en tu centro de trabajo al momento del despido; eso no beneficiará tu caso y podría dar pretextos al patrón. Lo mejor es retirarte con calma, recopilar la información necesaria y seguir los cauces legales. Demostrar seriedad y disposición al diálogo (por ejemplo, en la etapa de conciliación) puede favorecer incluso que obtengas un mejor arreglo.
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Negocia con cuidado cualquier acuerdo: Si tu empleador busca llegar a un acuerdo privado contigo tras el despido (por ejemplo, pagarte cierta cantidad a cambio de que no demandes), analiza esa propuesta con detenimiento. Compara lo que te ofrecen con lo que te correspondería legalmente. En ocasiones, negociar puede ahorrarte tiempo y desgaste de un juicio, pero no aceptes menos de lo que por ley es tu derecho. Si llegas a un acuerdo, pide que se formalice por escrito en un convenio firmado por ambas partes, preferentemente ratificado ante la autoridad laboral, para que quede legalmente firme. Un acuerdo fuera de la ley, solo de palabra, no te garantiza nada.
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Cuida tu próximo empleo: Tras un despido injustificado, es entendible que busques rápidamente un nuevo trabajo. Al conseguirlo, procura tener tus documentos en orden: firma un contrato escrito, guarda tus recibos de nómina, cumple con las políticas internas y mantén un buen récord. Esto te dará mayor seguridad laboral y en caso extremo de otro despido, estarás mejor preparado para afrontarlo. Además, en futuras entrevistas de trabajo, si te preguntan por qué saliste del empleo anterior, puedes explicar (de forma honesta pero profesional) que fue por un recorte o decisión de la empresa, sin entrar en detalles negativos, para no afectar tus oportunidades.
Un despido injustificado es una experiencia difícil, pero no estás desamparado. La legislación mexicana te brinda herramientas para defenderte y obtener justicia, ya sea recuperando tu empleo o recibiendo una compensación justa. Lo importante es informarte, actuar a tiempo y buscar apoyo. Con claridad en tus derechos y siguiendo los pasos adecuados, podrás afrontar esta situación de la mejor manera posible y hacer valer tus derechos laborales. Si te encuentras en esta situación, recuerda que no estás solo: hay instituciones y profesionales listos para ayudarte a navegar el proceso y lograr el mejor resultado para ti. ¡Mucho ánimo y éxito en la defensa de tus derechos como trabajador!
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